¿Cómo ayuda la biotecnología a la seguridad alimentaria?
De la granja a la
mesa
Los alimentos posibilitan el crecimiento,
la regeneración y reparación de tejidos, y aportan la energía necesaria para
los procesos vitales. Sin embargo, en ocasiones, son el vehículo de agentes
extraños (infecciosos o tóxicos) que al ser ingeridos pueden provocar
enfermedades. Este tipo de enfermedades son evitables si los alimentos llegan
en buen estado al consumidor.
La Cumbre Mundial sobre la Alimentación,
organizada en 1996 por la FAO -Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación- definió que “existe seguridad alimentaria
cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a
suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades
alimentarias y sus preferencias en cuanto a los alimentos, a fin de llevar una
vida activa y sana”. Esta definición
implica por una parte, seguridad en el acceso a los alimentos y, por otra,
seguridad en la inocuidad de los alimentos.
En los últimos años se hizo necesario
ampliar los métodos de control de la seguridad alimentaria a toda la cadena del
proceso productivo, desde la siembra en el campo y crianza de animales, pasando
por la cosecha, sacrificio, elaboración, empaquetado, distribución, venta y
consumo del producto final.
Surge así una nueva forma de abordar el problema de la seguridad alimentaria, con un enfoque global y un tratamiento integral del consumo de alimentos que va de la granja a la mesa.